La intervención arquitectónica se inicia en el Foro romano, a través de un recorrido por la ladera sur de la ciudad asentada y construida directamente sobre una roca arenisca rojiza, potenciando los puntos de visión tanto sobre los restos arqueológicos como sobre el magnífico paisaje en el que se enclava el yacimiento. El punto central de la actuación es la recuperación de la Casa del Acueducto, una extensa domus del S. II d.C., construida en su mayor parte sobre la roca, en una zona elevada y bordeada por calles bastante bien conservadas. La obra de restauración recupera la entrada a la casa para los visitantes, mediante una serie de elementos añadidos que dan protección y visibilidad a los restos, al tiempo que facilitan la visita y ofrecen una explicación didáctica de los mismos. El acceso se realiza con una escalera superpuesta a la original y a partir de un recorrido por las diferentes estancias, se conduce al espectador a un patio organizado en torno a un impluvium, cuya geometría perdida se reconstruye mediante una gran plataforma artificial que genera un espléndido mirador hacia la propia ciudad, con los restos de las casas de vecinos, y, siempre, hacia el paisaje. De esta forma, la obra apuesta por una interpretación del yacimiento arqueológico en clave de paisaje arquitectónico.