Puesta en valor de la Calzada Romana de Numancia a Uxama afectada por la Autovía A-11 Tramo: Venta Nueva - Enlace de Santiuste, Soria 2022 Términos municipales de Blacos y Calatañazor
Arquitectos: Darío Álvarez Álvarez y Miguel Ángel de la Iglesia Santamaría, Sagrario Fernández Raga, Carlos Rodríguez Fernández, Flavia Zelli, Laura Lázaro San José, Ana Elisa Volpini Gilabert
Arquitecto Técnico: José Ramón Galache Hernández.
Ingeniera en Diseño Industrial y Desarrollo de Producto: Raquel Martín Fernández.
Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana
Técnico responsable: Isaac Moreno Gallo. Ingeniero de Obras Públicas
Construcción: UTE Ventanueva – Enlace de Santiuste. CYOPSA – OPR
Paneles informativos: Imagina Futura
Fotografías: LAB/PAP Laboratorio de Paisaje Arquitectónico, Patrimonial y Cultural e Isaac Moreno Gallo
Visualizaciones: LAB/PAP Laboratorio de Paisaje Arquitectónico, Patrimonial y Cultural
El proyecto interviene sobre un itinerario que discurre entre las poblaciones romanas de Numancia y Uxama (Burgo de Osma), en un tramo de 8 kilómetros, que discurre de forma prácticamente paralela a la autovía, con varias situaciones en las que ambos itinerarios se cruzan, dando lugar a un ambicioso proyecto de coexistencia entre los restos de la vía romana y las nuevas infraestructuras. A lo largo del recorrido se construyen tres pabellones expositivos con elementos esenciales: un pavimento, un banco, unos muros de hormigón y una cubierta, que definen una arquitectura mínima permeable que se abre en forma de ventana al paisaje circundante, enmarcando y subrayando la presencia de la vía romana. Las áreas de interpretación funcionan como pequeños paisajes de intercambio en los que el visitante abandona por momentos el tiempo actual y se sumerge en un nuevo paisaje, y en una experiencia in situ en el que se recorre la antigua calzada romana, identificando todos los elementos y restos materiales que la conforman, subrayados por la presencia de elementos de señalización de una misma familia: señales tipo, señales ventana y señales hito.
Al final del recorrido, la vía romana se encuentra con el trazado de la autovía de un modo inevitable, cruzándose una y otra de un modo diagonal en el espacio, lo que conduce a la necesidad de abordar un proyecto que permita la construcción de la autovía, sin borrar completamente la presencia del trazado histórico. La obra de infraestructura, una violenta trinchera de 30 metros deja a una cota muy superior la calzada romana, que se trata de conservar al máximo. Para ello se construyen dos miradores, en forma de atalayas, que avanzan sobre los taludes de la autovía, colocando en cada uno de ellos un gran cajón de hormigón de 6 metros, que coincide con la anchura de la antigua vía romana. De esta forma, a través del paisaje enmarcado por ambas ventanas mirador se puede leer la continuidad de la línea desaparecida, evocando así la presencia de la antigua vía.