ADECUACIÓN ARQUITECTÓNICA Y PAISAJÍSTICA DEL ACUEDUCTO DEL YACIMIENTO ARQUEOLÓGICO DE TIERMES, SORIA 2018

Arquitectos: Darío Álvarez Álvarez y Miguel Ángel de la Iglesia Santamaría.
Arquitectos colaboradores: Sagrario Fernández Raga, Laura Lázaro San José, Carlos Rodríguez Fernández, Ana Elisa Volpini Gilabert, Flavia Zelli.
Colaboradora: Sandra Belloso Pérez
Aparejador: Ignacio Martínez Fernández
Arqueólogo: Pablo Arribas Lobo (IE University)

Promotor: Consejería de Cultura y Turismo de la Junta de Castilla y León
Empresa constructora: TRYCSA
Fotografías: LAB/PAP

La Ciudad Romana de Tiermes se encuentra en Montejo de Tiermes, al sur de la provincia de Soria (casi en el límite con la provincia de Guadalajara), y está construida en una gran roca de arenisca, asentada sobre los restos de la ciudad celtíbera original. La roca blanda permitió ser tallada para albergar las bases de los elementos construidos urbanos, tanto los complejos monumentales (Foro, Termas, Templos), como las domus o las casas de vecinos de varios pisos, sorprendentemente ancladas a los escarpados acantilados artificiales, tallados con gran precisión por la mano del hombre para crear un complejo y único paisaje urbano en medio del paisaje natural. Calles, plazas, plataformas, escaleras, todo está tallado en la roca y completado con las partes construidas en piedra que han desaparecido con el paso del tiempo. 

Uno de los elementos más singulares que aún se conserva de la ciudad romana es el acueducto: llegaba por el oeste atravesando el territorio en forma construida y se separaba en dos ramales, el ramal norte y el ramal sur, directamente excavados en la roca, para distribuir agua a toda la ciudad. El ramal sur, parcialmente completo, incluye una parte excavada visible y una parte subterránea que se adentra hasta el corazón de la ciudad. Originalmente el sistema estaba probablemente protegido por las construcciones de las viviendas adosadas a la roca, pero en la actualidad, desaparecidas estas, se encuentra desprotegido y abierto al paisaje. 

El proyecto plantea una actuación mínima, con un coste muy reducido, que permite la visita de la zona más interesante del ramal sur del acueducto, tanto en su parte exterior como en su parte subterránea. Se han eliminado unas vallas, instaladas de forma provisional hace varios años, y se han realizado pequeñas operaciones de cirugía arquitectónica para permitir el recorrido con total seguridad y protección. Se ha construido una protección mediante chapa micro-perforada que se va adaptando a las formas de la roca, con un sentido topográfico. En el suelo, en aquellas zonas en las que la roca se ha desmenuzado, se han colocado tramos de chapa que permiten caminar con comodidad. El resultado es muy funcional y al mismo tiempo con una fuerte carga plástica.