En la localidad de Almazán se realizó un proyecto que se inicia en las mismas murallas, en una puerta de origen árabe, que recupera dos kilómetros de la antigua cañada. El primer tramo se convierte en una especie de parque lineal con un paseo accesible para discapacitados, que se remata en un mirador que permite contemplar el perfil de la ciudad, como el final de un recorrido por la memoria. A partir de este punto se realizaron pequeñas actuaciones para poner en valor diferentes escenas y espacios. El proyecto incluía un sistema especial de señalización e identificación de la olvidada cañada, con la intención de recuperar e incentivar esa memoria, a través de grafismos nuevos.