PASARELA PARA PEREGRINOS DEL CAMINO DE SANTIAGO EN PUENTE VILLARENTE, LEÓN 2012
Arquitectos: Darío Álvarez Álvarez y Miguel Ángel de la Iglesia Santamaría
Arquitectura colaboradores: Sagrario Fernández Raga, Marta Muñoz Martín, Carlos Rodríguez Fernández, Flavia Zelli
Ingeniero de Diseño Industrial: Pablo Santos Herrán
Ingeniero de Caminos: Pedro Olmos Martínez
Arquitecto Técnico: José Ramón Galache Hernández
Ingeniería: Silga, Proyectos y Servicios de Ingeniería
Promotores: Consejería de Cultura y Turismo y Consejería de Fomento, Junta de Castilla y León
Empresa Constructora: PADECASA
Fotografías: LAB/PAP
En Puente Villarente (León) el Camino de Santiago cruza el río Porma por un puente de piedra de veinte ojos, un importante vestigio medieval con sucesivas transformaciones desde el siglo XVI.
Para evitar los peligros de la circulación rodada, que dificulta enormemente el paso, se ha construido una pasarela peatonal para peregrinos que permite acercarse al río y tener una visión panorámica del puente. La pasarela forma parte de un itinerario que obliga al peregrino a descender hasta la vega, atravesando unas arboledas, para asomarse al río en una secuencia visual cuidadosamente estudiada. La pasarela toma una forma quebrada que se integra con el lugar, convirtiéndose en una forma más del paisaje y creando un paseo ritual de contemplación.
Para conseguir una menor elevación sobre el agua y minimizar el impacto sobre el puente, se plantea como un vado inundable, proyectado para resistir las posibles crecidas del río, cumpliendo en su diseño de manera estricta los requerimientos de la Confederación Hidrográfica del Duero.
Estructuralmente se trata de tres grandes vigas de hormigón en artesa, que funcionan de manera solidaria, apoyadas en dos pilas (una sobre una isleta y otra sobre el río en el punto en el que se realiza un quiebro, para intensificar el efecto) y rematadas en sendos estribos invertidos, para mayor seguridad estructural en caso de empuje ocasional del agua, complementadas con rampas, configurando un trazado de pendientes que permiten el acceso a discapacitados. Sobre las vigas se coloca una estructura auxiliar de madera y se remata con entablado, también de madera. Por imposición de la propia Confederación las barandillas se hacen muy abiertas, por lo que se añade un sistema quitamiedos de borde, ampliando el suelo de la pasarela por fuera de las citadas barandillas, lo que le da un aspecto más aerodinámico.